jueves, 1 de marzo de 2012

Cuando Duermes...



"Era de noche, me dijiste que estabas muy cansada y solo querías ir a la cama a dormir. Yo estaba trabajando en otra cosa y te dije que me iría a dormir en un rato más. tú sonreíste coqueta a pesar de tu cansancio y te dirigiste a nuestra habitación.
"Pasaron los minutos y de tanto pintar algo que no me fascinaba, mis ojos se cerraron poco a poco, también tenía sueño y quise acompañarte a dormir. Al salir del baño me di cuenta que la cama parecía resplandecer, la luz empezó a aclararse y finalmente vi tu divino cuerpo desnudo acostado en nuestro lecho. Me llamó la atención verte acostada desnuda, al parecer el cansancio te derrotó y no pudiste ponerte tu ropa de noche. Eso era, aún tenías puesto tu hermoso collar negro de rubí, las arrugas de las sábanas acariciaban tu cuerpo y tu pelo esparcido por toda la almohada. Mientras yo que quedé enloquecido por tu belleza en ese momento, que tanto admiré desde que me enamoré de ti, mi cansancio se fue por completo y me vi motivado a crear una obra donde tu serías la protagonista.
"Tomé lápiz y papel y sentándome al lado de la cama con mucho cuidado para no despertarte, empecé a dibujar trazo por trazo, curva por curva de tu maravilloso cuerpo. Tu nariz respiraba delicadamente un aire de estar también inspirada por mostrar lo tuyo, movías muy cuidadosamente tus brazos mientras seguías durmiendo. Pasaba el lápiz sobre el papel tratando de descubrir de a poco tu belleza, sin cansar de mirarte que eras la mujer más bella acostada en nuestro lecho.
"Estuve toda la noche dibujando la forma que Dios te ha dado, tus ojos seguían cerrados y tus pestañas titilaban, tus labios mostraban levemente tus dientes, la valiosa gema de tu collar empezaba a reflejar la luz del sol que se asomaba de a poco entre el horizonte. Acomodabas tus caderas en las celestes sábanas y tus pies se acariciaban el uno del otro. Contemplando tu belleza y más tus dulces movimientos, ni me di cuenta que mi trabajo estaba terminado, eras tú la que estaba en ese papel trazado en lápiz; yo sonrío triunfal de cómo logré copiar tu precioso ser por fuera y por dentro.
"De repente tus ojos se abren muy de a poco, soportando los primeros rayos del sol. Al abrirlos pones tu mirada en mí, tus luceros tan hermosos fijan la mirada en el hombre del que te enamoraste y quizás preguntas qué haces sentado en la cama mirándome. No quiero que reacciones mal si no te pedí permiso para hacer arte contigo, pero mira mi trabajo: esa mujer eres tú, mientras dormías plácidamente tu belleza me hipnotizó como un gato mirando la Luna, tome mi lienzo y te dibujé mientras tu cuerpo rebosaba descanso. Tú seguías mirándome de una forma tan inocente y hasta tus mejillas se sonrojaron un poco que apenas lo noté. Pero después de cruzar miradas, te sentaste arrodillada en la cama cerca de mí, apoyaste tus manos en tus rodillas sin dejar de mirarme a los ojos. Finalmente soltaste una lágrima de tus bellos luceros, y abrazándome lentamente susurraste a mi oído: Gracias por hacerme sentir una ángel".

Volviendo del verano, subo esta chica con lo único puesto que tiene es un monono collar con gema roja (o rubí), acostada en una cama mientras duerme plácidamente. Saludos a todo los que siguen mis dibujos.